Ingreso por concurso, evaluaciones y competencia por la plaza han hecho al magisterio menos «atractivo» para los jóvenes aspirantes a maestro,
A raíz de la entrada en vigor de la reforma educativa, el número de alumnos y nuevos ingresos a las escuelas normales del país llegó a disminuir en 8% y 12% respectivamente, lo cual representa la caída más importante desde hace 15 años.
Cálculos elaborados con base en información estadística de la Secretaría de Educación Pública (SEP) revela que la matrícula de las escuelas normales del país se ha reducido de manera constante desde 2003 al pasar de 166 mil 873 estudiantes en el ciclo escolar 2002-2003 hasta llegar a los 121 mil 342 en el ciclo escolar 2014-2015 (los datos más recientes con que cuenta la SEP sobre el tema), lo que representa una caída de 27%.
Sin embargo, los nuevos ingresos y el número de estudiantes con que cuentan los sistemas de educación normal del país (tanto escuelas privadas como públicas) revelan que la caída más importante en el ingreso a las licenciaturas normalistas se registran en los ciclos escolares 2013-2014 (-12.19% en nuevos ingresos) y 2014-2015 (-8%) en matrícula.
Estas cifras coinciden con el año en que se promulgó la Ley General del Servicio Profesional Docente (2013) y el anuncio de la evaluación para el desempeño magisterial (2014) y las implicaciones que ambas regulaciones traen para los graduados normalistas: ingreso por concurso, evaluaciones periódicas cada cuatro años y que la plaza ya no les pertenece, lo que quiere decir que cada cuatro años se tienen que evaluar para mantenerla.
De hecho, Informe 2015 “Los maestros en México” que elaboró el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señala que a raíz de la Reforma Educativa, el magisterio se ha convertido en una profesión “poco atractiva” para los jóvenes porque ya no ofrece la seguridad de una plaza y un salario fijo.
Además de la pérdida de atractivo, advierte el INEE en su reporte, se reducirá todavía más el número de profesores que cumplan con el perfil exigido para dar clases a raíz de la reforma en virtud de los altos índices de reprobación del concurso de ingreso al servicio profesional docente.
“Dada la reciente pérdida de atractivo de la carrera docente, el número de normalistas descenderá y las cifras se reducirán aún más, pues no todos los egresados de normales resultarán idóneos en el concurso de ingreso al servicio”, advierte el reporte.
En la década de 1980, el magisterio se convirtió en una opción laboral muy atractiva por la seguridad laboral, el horario fijo y relativamente corto horario que les permitía a los maestros desempeñar “otras actividades”, y la prioridad que tenían los estudiantes normalistas en la obtención de una plaza. En ese tiempo, el normalismo tuvo su mayor auge y llegó a tener más de 332 mil estudiantes.