Una compañía ha recaudado 15 millones de dólares en un polémico proyecto que creará elefantes-mamut de aquí a seis años.
10.000 años después de que los mamuts lanudos desaparecieran de la faz de la Tierra, un equipo de científicos de la empresa biotecnológica estadounidense Colossal se ha embarcado en un ambicioso y polémico proyecto para devolver a la vida a estas enormes criaturas. Aunque ya se había hablado de hacerlo en el pasado, una inversión de 15 millones de dólares de la empresa cofundada por Ben Lamm, un emprendedor de tecnología y software, y George Church, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard, han sido más que suficientes para poner la propuesta sobre la mesa como una realidad.
“Nunca antes ha podido la humanidad aprovechar el poder de esta tecnología para reconstruir ecosistemas, sanar nuestra Tierra y preservar su futuro a través de la repoblación de animales extintos”, indicó Lamm, fundador de conocidas empresas como Hypergiant y que es consejero delegado de Colossal.
Híbrido elefante-mamut
El objetivo de la compañía es utilizar la ingeniería genética, la biología sintética y otras tecnologías para ayudar a salvar especies en peligro crítico de extinción que están al borde del colapso total, o incluso «resucitar» especies que se han extinguido, como en este caso el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) que probablemente se extinguió debido la caza insostenible por parte del Homo sapiens. Los mamuts lanudos medían unos 3,5 metros de alto y pesaban hasta 6 toneladas.
Su principal proyecto es la creación de un híbrido de mamut lanudo. Usando la tecnología CRISPR, esperan crear un elefante asiático que contenga genes de mamut lanudo que exhibirá muchos de los rasgos biológicos resistentes al frío que se ven en las especies extintas que vivían en gran parte de Europa, América del Norte y el norte de Asia. La idea es tomar células de la piel de elefantes asiáticos, que están en peligro de extinción, y reprogramarlas para convertirlas en células madre más versátiles que transportan ADN de mamut.
El proceso
Los embriones resultantes se llevarían a término en una madre sustituta o en un útero artificial. Si todo va según lo planeado, y los obstáculos están lejos de ser algo nimio, los investigadores esperan tener su primer par de híbridos elefante-mamut en seis años. Lo primero, será secuenciar el genoma del mamut lanudo a partido de un espécimen que esté bien conservado, como uno que haya sido recuperado tras haber sido congelado en el permafrost.
Luego, compararán el genoma antiguo con el de los elefantes asiáticos modernos para identificar las partes del ADN que codifican las adaptaciones del mamut al clima frío, como el pelo, las capas de grasa aislante y la sangre tolerante al frío. Añadirán ese material genético a las células madre del elefante asiático y, finalmente, tras usar la herramienta Crispr-Cas9, se implantaría en un óvulo de elefante asiático.
Los científicos inmersos en esta iniciativa para resucitar al mamut afirma que la introducción de híbridos en la estepa ártica podría ayudar a restaurar el hábitat degradado y combatir algunos de los impactos del cambio climático. En particular, argumentaron, las mezclas de elefante y mamut derribarían árboles, lo que ayudaría a restaurar los pastizales del Ártico, lo que mantiene fresco el suelo. También ayudaría a estos entornos a secuestrar mejor los gases de efecto invernadero.
La empresa Estadounidense recordó que, según Naciones Unidas, más de un millón de especies de animales, plantas y hongos están en peligro de extinción en las próximas décadas y a medida que eso ocurra los ecosistemas dependientes empezarán a “colapsar”, lo que afectará a la salud y los medios de subsistencia humanos.