Como es tradición, este 28 de diciembre las bromas estarán a la orden porque es Día de los Santos Inocentes.
«Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar”; quizá “Inocente palomita, hoy, Día de los Inocentes, te dejaste engañar”, o “Inocente palomita que te dejaste engañar en este Día de los Inocentes, que en nadie debes confiar”.
Debes estar pendiente de cualquier acto e información sospechosa por parte de amigos y familiares.
En la historia del catolicismo, el Día de los Inocentes se originó, hace dos mil años, de un trágico episodio.
En el Nuevo Testamento de la Biblia, San Mateo narra la brutal historia del envidioso Rey Herodes I El Grande, quien al sentirse desplazado por el nacimiento de Jesús, organizó una gran matanza de niños, conocidos como los Santos Inocentes.
Se narra que Jesús nació en un humilde portal de Belén de Judea. Su venida al mundo fue un acontecimiento que atrajo la atención de unos reyes, quienes, guiados por una estrella, llegaron desde tierras de Oriente para adorarlo, porque ese niño era el verdadero hijo de Dios y sería el rey de los judíos.
Herodes, como no sabía cuál de todos los niños era Jesús, dónde y cuándo exactamente había nacido, decidió mandar matar a todos los menores de 2 años.
De esta horrible matanza Jesús se salvó porque un ángel se le apareció a José, padre de Jesús, y le ordenó huir ante el peligro.
Muchos niños murieron y cuenta la Biblia que sus almas inocentes volaron al cielo, por eso la Iglesia católica recuerda este día como el de los Santos Inocentes.
Sin embargo la conmemoración del Día de los Inocentes se desvirtuó en la Edad Media con la llamada “fiesta de los locos” que se celebraba en Europa entre el 24 y 31 de diciembre y en la que se cometía todo tipo de excesos.
En ese festejo eran comunes los disfraces y la música en una especie de carnaval que llegó a tener tantos abusos que fueron prohibidos por el rey Felipe II, hasta que con el tiempo se redujeron a bromas o a pedir algo prestado que se regresaría el 2 de febrero.
El padre José de Jesús Aguilar explica que de forma coincidente se comenzaron a celebrar las llamadas “inocentadas”, en las que se confundió la palabra inocente, que significa “el que no hace daño a nadie” con ingenuo o tonto.
De esta manera, en España la cantaleta decía: “Herodes mandó a Pilato, Pilato mandó a su gente y el que presta este día es un inocente”, en tanto que en México se cambió a la frase que de todos es conocida cuando se piden dinero u objetos prestados.
El sacerdote José de Jesús Aguilar consideró válido divertirse en este día sin hacer daño a los demás, pero lo más importe es recordar la tragedia que provocó Herodes y pedir por las personas inocentes que fueron asesinadas.
Así que en este día no creas todo lo que algunos dicen y si le pides prestado algo a tus amigos y familiares, no olvides repetir la frase: “Inocente palomita que te dejaste engañar en este Día de los Inocentes, que en nadie debes confiar”.